sábado, julio 15, 2006

TIPOGRAFIA EN LA MUSICA METAL

Una de las cuestiones curiosas de la tipografía decorativa, es que puede ser un arma de dos filos, en el sentido formal estricto del buen funcionamiento de las tipografía, las tipografías utilizadas por los grupos de Metal (específicamente el death y el Black metal), hay cierto aspecto barroco que impide la legibilidad entre tipos y palabra completa, obstruyendo la clara precisión de la lectura. Por otra parte esta el sentido estético, donde entra en juego prioritario, el adorno excesivo que componen dichas tipografías. Es muy claro que para poder abarcar un estudio de estas fuentes, se necesita estudiar una contextualización, y factores históricos de la música que se precisa. No obstante hay que tener cierta noción de inteligencia para llevar a cabo el proceso de diseño en este ámbito tipográfico. Sucede algo muy curioso, al igual que el “kitch”, las saturaciones son las que crean un concepto postmodernista, en el caso de México, la explotación de los iconos populares, la exageración y la antiestética forma del rótulo de barrio bajo, han consolidado un estilo que ahora en día, es utilizado por los diseñadores gráficos mas destacados de México, obviamente transmutando el símbolo popular, junto con una composición fundamentada hacia un plano grafico mucho mas elaborado, desgraciadamente todo llega a convertirse en moda, hasta el diseño grafico. Adentrándonos mas a nuestro planteamiento, la música metal lleva mas de treinta años en el medio, creando excelentes trabajos musicales, y por que no mencionarlo, visuales, acordes a cada época. En el death y el Black metal, las fuentes pueden ser mas riesgosas, pues las expresiones representadas en este tipo de música genera tópicos que van desde el odio, la muerte, la oposición, hasta temas con mayor madurez que giran en tanto a filosofías paganas, existenciales, literarias, de progresión y un enorme etcétera. Quizás el mismo medio no permite utilizar un diseño grafico que no sea tan viciado, la portada monocromática con las fuentes contrastadas emulando lo oscuro de la vida, pero concentrándonos mas al estudio de la tipografía, la cual solo recurre a las alteraciones típicas de elementos que acaban en punta, la inserción de pentagramas y cabezas de macho cabrio, o los anticristos chiche forzados en tantos logos de bandas. Dichas alteraciones evocan mimetismos de la “vieja escuela” de las bandas de antaño, eso podría ser una resonancia partidaria de la nostalgia por la buena música metal ochentena, pero aquí es donde entrar en juego la vigencia de un tipo, y por que no, de un logo o de una imagen. Si a este elemento tipográfico se le añade una composición elaborada sobre el plano visual como un todo conceptual (en este caso la portada del álbum), el significado tendrá mas peso sin “muletillas graficas “ incomodas, pues pienso que hay tantos recursos por explotar, aun cayendo el lo barroco del asunto, en la saturación y en alteraciones que rompan ciertas reglas de dimensión, peso, ínter letrado, puntum, tamaño, dirección y sentido, color etc. Es menester de cada diseñador de fuentes, estudiar minuciosamente la partida de su propuesta visual, para generar una tipografía que cumpla su función, mediando lo formal con lo decorativo, ofreciendo originalidad y no pan con lo mismo.
A pesar de que muchas bandas ofrecen solo temas viciados y chiches, es importante que como diseñador uno vaya mas allá de lo permitido por le concepto, que si el grupo refleja odio y destrucción, por tan sencillo que sea el tema, tratar de ir a las raíces etimológicas de las palabras, muchas veces nos sorprenderemos que no todo tiene una linealidad tan cansada y gastada.

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