Es muy notorio darse cuenta que este filme de Alejandro González Iñárritu tuvo por un lado una muy buena acogida del publico que la asistió, pero por otro lado, hubo criticas severas en cuanto a la narrativa y a la repetición cronológica a la que presenciamos con AMORES PERROS Y 21 GRAMOS. Daré mi punto de vista respecto a este filme. La película en sí es muy buena, creo que Iñárritu supo cerrar de manera muy acertada este filme atípico con narración fragmentada. Muy similar a AMORES PERROS que a 21 GRAMOS, las historias con un fuerte contenido emocional, son enlazadas por una misma tragedia, con el recurso del flashback, entendemos lo efímero de la vida, y la importancia de la emoción intrínseca de cada personaje, del desenvolvimiento y la visión de cada situación dependiendo en que lugar este situado, puedes apreciar un México fronterizo, y un Japón desarrollado hasta el tope, y ver como se desarrolla cada pez en el agua. La crisis existencial de cada personaje es un tópico que Iñárritu aborda de manera sigilosa y melancólica, el dolor y la nostalgia siempre están presentes, así sea de una manera trascendental o meramente superficial, el director juega con la intrusión de mas de dos situaciones, y nos convoca a metabolizar la imagen narrativa como un todo, pero después de eso, viene el juicio inmediato, nuestros personajes identificables, y los que nos son ajenos a nuestro entorno. La creatividad narrativa y visual del director es muy digna de apreciarse, quizás la trama es mas predecible que AMORES PERROS, pero creo que no era necesaria la sorpresa ni el desenlace cautivador, al final del filme lo único que nos queda es degustar el sórdido sabor de la tragedia, y tal vez la aceptación de la toma de decisiones de cada personaje, y en dado caso, el rescate de esa soledad que reflejan. Cabe destacar que la actuación que me sorprendió fue la de un maduro Brad Pitt, alejándose del concepto de galán que siempre esta comiendo, aun mas que la del mismísimo Gael García, quizás, se ve un poca floja su actuación, un tanto lo que pasa con Richard Gere, cuando lo vemos de un filme a otro, es siempre Richard Gere y no el personaje.
Mi reflexión acerca de las criticas negativas de Babel, es que no hay que dejarnos llevar por lo que puedan decir los noticieros de TV azteca o Televisa, creo que dejando la repetición sonora, visual y narrativa del filme, es un deleite degustar una obra fílmica que concluye un concepto totalitario de la soledad del ser humano.
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