miércoles, marzo 15, 2006

POR UNA MAMADA...

Toño moría por una buena mamada. Hacia ya aproximadamente dos años que no recibía una, y esto lo estaba enloqueciendo, tomando en cuenta que la ultima que le dieron, fue como haber ido y venido al paraíso. Ana Laura, fue la última persona que hizo que Toño viajara tan lejos con semejantes labios y lengua, y la manera de cómo trabajaba ese aparejo de carne mundana. Hay que destacar que Ana Laura era una puta que trabajaba en uno de los congales mas prestigiados de la ciudad, y que por tan solo dar una mamada, cobraba trescientos pesos, muy bien invertidos.
Toño estaba casado, y su esposa había dejado de complacerle sexualmente desde hacia mucho tiempo atrás. Desde su punto de vista, era aberrante eso de las chupadas y todo aquello que no fuera el ya tan suscitado misionero, la posición mas común y por demás efectiva para producir un orgasmo que tal ves seria fingido.
Como decía en un principio, Toño deseaba con toda su alma, una chupada inmensa, sea quien fuera, y quizás esto no lo había llevado a cabo, puesto que la decidía es una barrera fuerte en estos días. Cierto día, decidió romper con este asunto, por lo que emprendió la búsqueda de unos labios hermosos que pudieran satisfacer el ímpetu sexual de un pene hambriento. Toño no consiguió nada de nada. Su desfortuna y la desilusión lo llevo a tomar medidas extremas. Tal era la desesperación que consiguió un perro de raza pastor alemán, durante meses trato de enseñarle a dar mamadas, pero el perro se rehusaba, parecía reconocer la frustración de nuestro protagonista, hasta que un día, Toño ante este hecho forzó al perro a mamársela a la fuerza, por lo que el perro reacciono con resistencia, y termino cortándole el pene de una mordida. La mamada había llegado a sus limites irrazonables, y Toño se desangraba y entraba en chock al ver que su perro degustaba aquel trozo de carne como si fuera un pellejo de pollo.