RELATO DE DOS PUTAS

Ayer me cogí a dos putas, una de ellas iba a una escuela de religiosos, la otra apenas y sabias sumar. Al infestarnos de alcohol, la cosa su fue poniendo interesante, ya que estas dos criaturas empezaron a dejarse llevar por los efectos lujuriosos y a sacar a relucir su perversión. La mas puta era la mas creyente, le gustaba que se vinieran en su boca una y otra vez, hasta que se hinchaba su garganta, hay que reconocer que era muy buena para la mamada, pero lo interesante era que al momento de penetrar sus delicias, ella comenzaba a rezar el Padre nuestro, y se seguía con otros rezos hasta culminar en un grandioso orgasmo con rasguños y mentadas de madre. La otra puta, que no era tan puta, tan solo le gustaba el misionero, pero era de esas que les fascinaba que les pegaran nalgadas hasta dejárselas moradas de tanto putazo. Creo a ciencia cierta que lo único que me gusto de ella fueron sus gemidos tan inocentes, tan sinceros, tan enternecedores. La mas puta de todas, la religiosa tenia un problema, como tenia los dientes tan filosos, me rozó mucho el pene, a la mañana siguiente, me ardía mucho para ir a orinar, además de que muy difícilmente podía mantenerse parado, ya que el músculo estaba cansado y flácido de tanto golpeteo de culo encima de el. Después de dos días de esa aventura de perversión, iba pasando por una de las parroquias que están cerca de la casa, me pareció reconocer la voz de la persona que estaba hablando en ese mismo aposento llamado la casa del Señor, fue entonces cuando me acerque a la puerta y mire a la mas puta de las dos putas, hablando de los valores religiosos, y de que había que cuidar a nuestro hijos de las cosas malas de la vida, como el sexo, las drogas el alcohol, la blasfemia, etc. En ese momento pensé en que por que no había mencionado en su discurso la sodomía, las corridas en la cara, la lluvia dorada y acordarse de la palabra de Cristo en pleno orgasmo. Hasta la fecha desconozco a que se dedica la más puta de las dos putas, si es algo del servicio eclesiástico de esa parroquia, pero una cosa si sé, que se sigue juntando mucho con la que era menos puta, y apenas y sabía sumar.

(Perdón a las grandes autoridades de los relatos cortos en Baja California Sur)