Aun siento tu olor cercano,
Ya sea de mujer traicionera,
O de diva indefinida,
Lo que si presiento,
Es tu ausencia en mis días,
Los más mortíferos, o los más radiantes,
Pero con estos alcoholes,
La indiferencia me viene a la vuelta de la esquina.
Aún te extraño,
Te siento,
Te sueño,
Te deslumbro y me aterro,
No como algún rostro del pasado,
Sino una constante viva.
Tu sexo me daba vida,
Tu fruta me mantenía,
Las horas son plagas,
Como una larga agonía.
Y ahí estas sentada,
Sin peros ni miramientos,
Solo orgullos natales,
Que son yerbas prohibidas.
Toma lo que te digo…
Y enciende lo que tú digas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario